junio 21, 2017 9:50 am
Hoy tengo el día confesor. Vengo dispuesta a sacar a la luz uno de mis mayores “dolores”. Año tras año, con la llegada de la primavera, empieza la cuesta arriba. ¿El calor? ¿La alergia? ¿La recta final antes de las vacaciones? Negativo, lo peor de estas fechas es el cambio de zapatero. En mi caso el menos es más no se aplica al interesante arte de vestir los pies. Vamos, que tengo más zapatos (botas, botines, zapatillas, sandalias y demás variedades) de los que utilizo, y no por ello pongo coto a esta afición. Cuando toca cambiar los de invierno por otros más acordes al calor siento sobre mi cabeza la espada de Damocles, que probablemente seguirá allí unos meses después (es fácil reconocerme: soy la que sigue con botas hasta bien entrado junio). Si hubiera alguien especializado en esta tarea, no dudaría en hacer uso de sus servicios.
Segunda entrega de confesiones. Como cliente de Pepephone mi ADSL pende de un hilo llamado migración, que amenaza con llegar pero nunca aparece. La incertidumbre -la peor compañía para el usuario de cualquier servicio-, y la impaciencia que también me caracteriza me llevó a ponerme en contacto con atención al cliente. Aguanté 20 minutos de hilo musical, 20, para descubrir que “no news, good news” es un aforismo de aplicación limitada. Al mosqueo del usuario que ha perdido un tiempo precioso añade las repercusiones del aumento del TMO, tiempo medio operativo, para la compañía que paga el call center. SOLUCIÓN: envío a los clientes pendientes de migración un router con los nuevos parámetros. Gracias, Pepephone, has conseguido que mis dudas pasen a un segundo plano. Detectar los problemas de tus usuarios, no para tratar de ocultarlos entre capas y capas de formularios, sino para ofrecerles una solución puede convertirse en el secreto del éxito de un negocio. Y si son auténticos quebraderos de cabeza, seguramente encuentres una cuota de mercado dispuesta a pagar por el remedio. Valor añadido, diferenciación y aumento de los ingresos, ¿quién da más?
La fórmula es tan genérica que resulta de aplicación a cualquier negocio, siempre que seas capaz de conocer a fondo a tus clientes, su customer journey… En definitiva, qué es lo que esperan de ti.
La imagen, tomada en un modesto establecimiento de reprografía, demuestra que si quieres, puedes, por pequeño que seas. Los grandes, como Amazon, lo tienen ya incorporado. El gigante de internet ha anunciado que permitirá a sus clientes de Amazon Prime Wardrobe pedir hasta un máximo de 15 prendas de ropa, probarlas en casa y devolverlas posteriormente. Con esto eliminas de un plumazo el principal temor a la hora de hacer una compra textil: ¿me quedará bien?
Como no hay dos sin tres, termino confesando un punto friki, el mismo que me ha llevado a tararear la misma canción desde que empecé a escribir el post. Esta canción:
Gracias por tu post, Noelia, y por confesarte
¿Acabará las prácticas de probarse en casa, de logística inversa, de devoluciones gratuitas por matar al comercio tradicional?